miércoles, septiembre 27, 2006

Muchas veces las apariencias engañan

Puede ser una persona absolutamante maravillosa, cien por cien auténtica y buena, pero nadie puede estar cien por cien seguro de ello, excepto ella misma. Porque las apariencias no siempre son verdaderas. Los celos por ejemplo, se presentan como amor, etc, etc... Ésto me lo ha sugerido una leyenda, con la que inicio mi andadura por estos parajes.


Cuando Dios creo el mundo, enviaba todos los días cosas a él. Un día envió a la Belleza y a la Fealdad. Como era tan largo el camino, cuando llegaron a la tierra, buscaron agua para bañarse, porque estaban muy empolvadas. Era el amanecer, estaba saliendi el sol... y vieron un lago; así que sin pensárselo( no conocían las costumbres del mundo) se quitaron la ropa y así completamente desnudas se metieron al agua. Era tan bonito todo! el agua tranquila, el sol encendido tocando la tierra, el agua tan fresca... que se olvidaron de todo.
La Fealdad fue la primera en darse cuenta de que alguien se estaba acercando y quiso gastarle una broma a la Belleza, se puso la ropa de ésta y echó a correr. Cuando la Belleza, que era más tranquila, se percató de que se acercaba la gente, salió y buscó su ropa. No estaba allí ni su ropa ni estaba la Fealdad; vió alli arrugada la ropa de la Fealdad y se la puso muy deprisa para que no la vieran y se echó a correr en su busca, para cambiársela.
Cuenta la leyenda que todavía sigue buscándola...pero que la Fealdad es lista y siempre se escapa.
Desde entonces la Belleza lleva las ropas de la Fealdad y ésta las de la Belleza. La Fealdad va disfrazada de Belleza.